Si quieres dar visibilidad digital a tu marca y aumentar su capacidad de comunicación, seguramente ya estás trabajando en una estrategia de marketing de contenidos. Pero cuidado, porque no se trata de entrar en una carrera loca por publicar todos los días, sino de ofrecer valor real a tu audiencia y de destacar tu autoridad o expertise. Y eso se logra a través de la curación de contenidos.
Así como el curador de un museo selecciona con cuidado las obras de una exposición, el curador de contenidos elige las ideas y los temas que se van a compartir con los visitantes de un blog, o los seguidores de una marca en las redes sociales.
En medio del ruido informativo que hay en Internet, curar contenidos es una táctica indispensable para atraer y mantener la atención de nuestros clientes potenciales.
Curar contenidos también es muy útil para hacer más eficiente el proceso de creación y publicación. Y para mantener un flujo constante de entradas en diferentes plataformas.
Es lo que hacemos cuando, por ejemplo, armamos un calendario editorial para Facebook o Instagram. Eso nos permite trabajar con anticipación y así tener más tiempo para navegar por Internet, descubrir temas interesantes y ser más creativos con los formatos.
Pero a pesar de sus evidentes ventajas, son pocas las marcas que aplican esta estrategia.
Para dejar un poco más en claro en qué consiste y cómo funciona el proceso de curación de contenidos, estos son los cinco pasos del proceso: buscar, filtrar, analizar, elaborar y difundir.
Para avanzar en este proceso, hay muy buenas herramientas que te pueden ayudar y que te voy a compartir en otra entrada del blog. Por ejemplo, las listas de Twitter y las alertas de Google.
Antes de arrancar con mis tips de curación de contenidos, es muy importante que tengas en cuenta las cinco preguntas que siempre nos tenemos que hacer al momento de revisar un contenido propio o de un tercero, y decidir entonces si lo vamos a compartir o no:
Las respuestas a estas preguntas funcionan como filtros para evitar, por ejemplo, difundir noticias falsas o contenidos que en realidad no van a sumar nada a la autoridad de nuestra marca. Y para llegar a ellas, tenemos que seguir los siguientes pasos.
Es imposible compartir contenido valioso cuando no sabemos a quién le estamos hablando y qué necesita de nosotros. Para investigarlo, son muy útiles los perfiles de audience persona, similares a los de buyer persona pero más enfocados en los hábitos de consumo de información, que nos van a ayudar a pensar en nuestras audiencias como en personas reales, con sus intereses, problemas y aspiraciones.
Otra táctica muy útil es medir el impacto de las publicaciones que hacemos en nuestra página Web y en las redes sociales, para confirmar cuáles son las que generan más interacciones y un mayor nivel de engagement. Aplicaciones como Instagram o Twitter pueden darte estadísticas básicas, ¡no las desaproveches!
Al momento de trabajar en las listas de contenidos para compartir solemos caer en dos errores. El primero, enfocarnos en promover nuestros productos o servicios con la idea de vender. Y el segundo, hablar de temas que nos interesan más a nosotros que a nuestros seguidores.
Cuando se te ocurra una idea, o encuentres algo llamativo en la red, el mejor filtro es preguntarse qué le va a sumar a tu audiencia y qué interés va a despertar en ella.
Por ejemplo, ¿le va a resultar entretenida?, ¿la va a ayudar a tomar una decisión?, ¿le va a permitir resolver un problema?, ¿la va a compartir con su comunidad?
Aunque compartir contenidos de terceros también es hacer una curación de contenidos, porque estamos haciendo una selección de acuerdo al perfil de nuestra audiencia, si solo te limitas a eso tu marca va a pasar absolutamente desapercibida.
Tus seguidores también quieren conocer tu punto de vista, tus experiencias personales y tus consejos, quiénes son los autores o expertos que sigues, e incluso las preguntas que te haces sobre determinado tema. Si puedes hacerlo desde la autenticidad, desde el recuento de tus errores y fracasos, y en algunas ocasiones incluso desde el humor, mucho mejor.
Cuando curamos contenido podemos inspirarnos en los artículos que se publicaron en otros blogs, o en los tuits de otra personas. Pero no podemos copiarlos sin citar la fuente, porque eso se llama plagio. Y no solo es poco profesional, y hasta ilegal, sino que al final va a terminar dañando tu marca de manera irreversible.
Si quieres compartir algo que publicaron otros porque te parece valioso para tu comunidad, es mucho mejor etiquetarlos e incluir un link al contenido original. Además, es una buena manera de entrar en contacto con otros creadores de contenido, abrir la posibilidad de futuras colaboraciones y alianzas, y ampliar tus redes.
A menos que seas un medio de comunicación, o publiques temas de mucha actualidad, lo mejor es trabajar en los contenidos con bastante anticipación. Esto te va a permitir mantener un ritmo regular de publicaciones y eliminar la ansiedad que provoca tener que buscar ideas a último momento.
El stress no solo es improductivo, sino el mayor enemigo de la creatividad.
Así que apóyate en un calendario mensual, en el que puedas incluir una lista de ejes temáticos, ideas de contenido, textos, imágenes y links. Y usa una aplicación, como Meet Edgar o Later, para programar las publicaciones al menos con una o dos semanas de anticipación.
Cuando terminamos de tomar un curso de marketing digital y arrancamos con nuestra estrategia de contenidos, queremos cubrir todos los canales a la vez. Pero para generar una audiencia sólida y aumentar nuestra capacidad de comunicación, es mejor no trabajar en muchos canales de manera simultánea porque te vas a terminar dispersando.
De acuerdo al perfil de tu audience persona, sus hábitos de comunicación y el tipo de contenidos que consuman y necesiten, enfócate en Facebook o Instagram, en LinkedIn o en campañas de email marketing.
Ojo, los resultados no van a llegar de un día para otro, pero si eres constante sí en el mediano y largo plazo. ¿Tiempos? No pienses en menos de un año.
Puedes tener el mejor contenido, el más rico en formatos e incluso el más original. Pero si lo publicas en el momento en el que tu audiencia está desconectada no va a generar ningún interés ni impacto. Así que investiga cuáles son los mejores días y horas para publicar en cada red social, y programa las publicaciones según esas recomendaciones.
Hay muchísima información disponible en Internet sobre ese tema: por ejemplo, los horarios de mayor actividad en Instagram son luego de las 9 PM, y si vas a hacer un envío masivo de correos lo ideal es hacerlo los martes o jueves por la mañana. Pero atención, porque cada audiencia es distinta, y lo mejor es que confirmes esos datos con los estudios que se hacen cada año, y sobre todo que los cruces con las estadísticas de tus cuentas en redes sociales.
Como resumen, el éxito de toda estrategia de curación de contenidos tiene que ver con qué compartes, cómo lo compartes y cuándo lo compartes.
Y con que trabajes en una estrategia única, y la ajustes todo el tiempo de acuerdo a los resulados que obtienes. Cuando logres trabajar bien en estos tres puntos, el alcance de tus publicaciones va a aumentar, y por lo tanto el tamaño de tu audiencia y el reconocimiento de la autoridad de tu marca.
Y un consejo final: sé constante, sé paciente y sé generoso con tu comunidad. Manos a la obra, ¡y mucho éxito!
¡Hola! Soy Laura Suárez Samper. Periodista, editora y experta en marketing de autoridad para emprendedores y escritores.
A través de mis artículos, aprenderás cómo construir una voz influyente, ganar visibilidad digital para tu negocio y dejar atrás a tu competencia con la herramienta de autoridad más poderosa: un libro.
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