Tomar la decisión de abrir un negocio es el primer paso para una de las transformaciones más radicales por las que podemos pasar en la vida.

En ese instante, se abre ante nosotros una nueva ruta, que nos llena de entusiasmo y energía pero que a la vez nos llena de dudas y miedos. ¿Será este el mejor momento para emprender? ¿Seré capaz de generar mis propios ingresos? ¿A la gente le gustará mi producto o servicio? ¿Qué tal si no puedo vender? Y la pregunta más inquietante de todas: ¿y si fracaso?

Una gran decisión de vida siempre busca, en el fondo, el visto bueno de alguien. De nuestra pareja, de nuestros amigos y hasta de nuestros padres, no importa la edad que tengamos.

¿Pero quién nos autoriza, en realidad, a hacer algo? La respuesta es simple: nuestro deseo. Nuestras ganas.

En este caso, nuestra certeza de que el mejor momento para emprender es ahora. Como dice el filósofo y escritor Alejandro Rozitchner en su magnífico libro Ganas de vivir. La filosofía del entusiasmo, "lo único que legitima un proyecto son las ganas de hacerlo. Después, el proyecto podrá ser mejor o peor, necesitar procesos o no, pero no es necesario otear en el horizonte una legitimidad lejana y siempre insuficiente, si tenemos una 'estufita' personal que hace de combustible al movimiento".

¿Cuál es tu pasión?

Al final, uno hace las cosas para uno mismo, lo que no significa ignorar las consecuencias de nuestras decisiones sobre nuestro futuro o nuestra familia. Y si sientes el llamado a emprender, ese fuego interno que te empuja hacia tu libertad financiera y personal, y te conectas con tu pasión, tendrás gran parte de la batalla ganada. Porque con eso, no habrá obstáculo ni riesgo capaz de detenerte.

Además, ¿quién puede confiar hoy en la seguridad de una carrera corporativa? Los que pasamos los cuarenta y hemos trabajado en más de una compañía (y para todo tipo de jefes) sabemos que podemos encontrar más certeza en un proyecto propio que –mal o bien– avanza, que en un empleo que –por decisiones de otros– podemos perder en cualquier momento. Por no hablar de la motivación, la diversión y el aprendizaje constante que significa emprender.

Solo puedes confiar en ti mismo y depender de ti mismo. Y seguramente tienes muchos más conocimientos y habilidades como emprendedor de los que te imaginas.

El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años.
El segundo mejor momento es ahora.

Proverbio chino

Dicho esto, vienen las malas noticias. Arrancar y hacer crecer un negocio es difícil, verdaderamente difícil. Vas a estar mucho más solo de lo que imaginas. En momentos de crisis, no lograr resolver un problema puede ser aterrador, frustrante y afectar tu autoestima. Y sí, puedes fracasar y arruinarte financieramente.

Pero créeme, evitarás esta pesadilla si te comprometes al 100% con tu proyecto. Si te enfocas en tus oportunidades y fortalezas. Si te capacitas y aprendes de los errores. Si te rodeas de las personas adecuadas, y armas redes de contención y alianzas con otros emprendedores. Si mides los riesgos y tomas las decisiones correctas.

Entonces, habrás creado esa empresa con la que soñaste. Un proyecto de vida, capaz de liberar todo tu potencial.

En marcha

Si sientes que el mejor momento para emprender es ahora, te invito a tomar acción. El ecosistema emprendedor de México y América Latina está madurando a pasos agigantados, y hoy hay más herramientas y apoyos disponibles que nunca para quienes deciden convertirse en sus propios jefes.

Eso sí, nadie podrá hacer el trabajo duro por ti. Debes estar dispuesto a probar cosas nuevas cada día, empujar tus límites hasta extremos impensados y animarte a tener éxito.

Porque sí, para tener éxito también hace falta valor.

Con Laura Emprende, y desde hace algunos meses, yo estoy frente al mismo desafío. Luego de 20 años como periodista y siete como directora editorial de Entrepreneur –la revista para emprendedores líder de América Latina–, mi idea es acompañarte con todas las herramientas de branding, marketing y contenidos que necesitas para posicionar y hacer crecer un negocio.

Lo haré desde mi formación, los conocimientos que me dejaron tantas entrevistas con emprendedores exitosos y mis lecturas… Pero sobre todo a partir de mis nuevas experiencias en el mundo real de los negocios.

Sí, el mejor momento para emprender es ahora. Será un camino fascinante, que espero que recorramos juntos.

¡Nos vemos en la cima!